5 errores y 5 aciertos de Warcraft: El origen

Warcraft: El origen
UNIVERSAL
Actualizado: jueves, 2 junio 2016 18:58

MADRID, 2 Jun. (EDIZIONES - Adrián de Miguel) -

  Llega a las salas de cine Warcraft: El origen, la épica adaptación de la megafranquicia de videojuegos Warcraft, uno de los títulos con más seguidores a nivel mundial de la historia. Con todos los ojos puestos en el reino de Azeroth, en Durotan y en Alduin, la verdadera pregunta es... ¿estará la cinta al nivel de los videojuegos?

((AVISO: ESTA NOTICIA PUEDE CONTENER SPOILERS))

   La historia de las adaptaciones de videojuegos al celuloide está llena de sonados fracasos, importantes decepciones y muy, muy pocos triunfos. Por eso, las expectativas puestas en Warcraft son considerablemente altas. La última cinta de Duncan Jones (Moon, Código fuente) se estrena con el beneplácito de la duda por parte de los gamers, y del público en general.

   Pero, ¿será capaz de dar lo que promete? A continuación, desde CulturaOcio, hacemos un repaso de 5 grandes aciertos y 5 errores de Warcraf: El origen. La primera y épica aproximación al inmenso mundo de Azeroth y su mitología. Pasen y vean.

ACIERTO: CARAS POCO CONOCIDAS

   La decisión de los realizadores de utilizar a actores poco conocidos (que no poco reconocibles) es un gran punto a favor de la película. El hecho de no contar en el reparto con un Robert Downey Jr., una Jennifer Lawrence o un Michael Fassbender lejos de suponer un handicap para el film, da la oportunidad no sólo de contar con talentos contrastados (como Travis Fimmel o Paula Patton), si no que permite profundizar en el parecido con los personajes originales del videojuego. Destacables las interpretaciones de Ben Foster y Ben Schnetzer.

ERROR: ¿CUÁL ES EL AUTÉNTICO CONFLICTO?

   Si, es cierto que el gran conflicto de la trama es el hecho de que una horda de terribles orcos viene de otro planeta para asediar el reino de Azeroth. Pero más allá de eso... ¿cuál es el peligro real? Se habla de saqueos a pueblos, de matanzas indiscriminadas, y de terribles orcos sin piedad. Pero lo cierto es que, aparte de su dictatorial 'líder en las sombras', no hay ningún orco que sea realmente despiadado. Sin duda la paz es posible, casi desde el primer momento.

ACIERTO: LA AMBIENTACIÓN

   El reino de Azeroth, y sus seis reinos colindantes, son un auténtico lugar de leyenda, en el que fantasía, magia y seres fantásticos abundan por doquier. La forma en la que este mundo ha sido representado, sobre todo a la hora de confeccionar las vestimentas y atuendos de los protagonistas, haría palidecer a la mismísima Tierra Media de Peter Jackson. El diseño de personajes, como ya ocurría en el videojuego, es espectacular. Cada orco tiene su propia personalidad, reflejada en su apariencia, y eso se agradece. Sin embargo...

ERROR: LA ENORME BRECHA DIGITAL

   Sin embargo el problema viene conforme van pasando los minutos, cuando como espectadores descubrimos (con poca sorpresa) que en contadas ocasiones los personajes creados por CGI se mezclan los intérpretes reales. La técnica que con tanto acierto se ha utilizado en películas como Avatar o más recientemente El libro de la selva, en Warcraft lo que realmente crea es una auténtica brecha entre 'el mundo real y el mundo digital'. Un hándicap más difícil de solventar que las diferencias entre orcos y humanos.

ACIERTO: FUGAZ APARICIÓN DE OTRAS RAZAS

   Que el mundo de Warcraft es un lugar inmenso plagado de todo tipo de criaturas fantásticas es algo que el espectador mínimamente iniciado en su universo sabe antes de ver la cinta de Duncan Jones. Tal vez por eso, la aparición (breve) de otras razas como los enanos, los elfos de sangre y silvanos, los draenei o las distintas clases de orcos y lobos huargos, es un pequeño caramelo para los fans de las hazañas del reino de Azeroth. Una pequeña ojeada a algo que (con total seguridad) será explorado en próximas entregas de la saga.

ERROR: MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

   La primera película de Warcraft se presenta como lo que es: el origen (o más bien el primer acercamiento) a un mundo completamente nuevo no visto antes en la gran pantalla. Tal vez por eso Jones ha pecado de querer introducir demasiada conversación entre personajes y poca auténtica y genuina guerra. Los videojuegos de Warcraft se caracterizan por su alto grado de violencia, a veces demasiado explícita. Pero por desgracia nada de eso aparece en la película, lo que le da, no sólo un ritmo demasiado lento, sino también le quita dramatismo a lo que de otra forma habrían sido pérdidas de amigos e hijos realmente épicas.

ACIERTO: NO PECA DE AMBICIOSA

    Como ya hemos dicho, debe ser difícil crear un universo cinematográfico a partir de una única película, ahora que está tan de moda construir una franquicia propia con cada nuevo estreno. Y si no que le pregunten a Zack Snyder. Sin embargo, Warcraft precisamente peca de lo contrario.

   Si, es cierto que presenta un nuevo mundo (desconocido para los que no han jugado al videojuego) y que su final queda claramente abierto de cara a nuevas entregas. Pero en realidad la cinta se ve como un intento de Blizzard para que el espectador se sumerja de lleno en la mitología de los videojuegos.

   Es decir, las historias ya están ahí, en los juegos, en Youtube e incluso en libros y cómics. La historia de Warcraft ya existe, no es necesario 'reinventarla'. El espectador que quiera saber más acerca de Durotan, Medivh, Anduin o Garona, puede recurrir al resto de fuentes disponibles. Al fin y al cabo, esto es sólo el principio.

ERROR: DEMASIADAS ELIPSIS TEMPORALES

   Por desgracia, el gran fallo de la cinta de Jones reside precisamente en la unidad narrativa... o más bien la ausencia de esta. El exceso de personajes e (innecesarias) historias secundarias, provoca que continuamente se esté dirigiendo la atención del espectador hacia una u otra historia. Secuencias de poco más de unos minutos y constantes cambios de lugar y tiempo provocan que el espectador nunca sepa en qué momento exacto del conflicto está. Otro error que resta dramatismo a una aventura que logra ser fantástica, pero no se gana el epíteto de épica.

ACIERTO: UN ENEMIGO COMÚN

   El último gran acierto del film es a su vez uno de sus grandes pecados. Es decir, la película se presenta como el inicio de una gran guerra entre orcos y humanos. Una guerra que desgraciadamente poca importancia tiene en el film. Sin embargo, el hecho de que ambos bandos tengan un enemigo común, la imparable fuerza verde que en la mitología del juego corresponde a los Demonios de la Legión Ardiente, se erige como la auténtica plaga que iguala a todas las razas al mismo nivel. Una mortal amenaza que pone en peligro a orcos y hombres por igual, y en la que encontrarán la fuerza necesaria para dejar atrás sus diferencias y luchar por el bien común, es decir, por la cooperación pacífica antes que por la guerra.

ERROR: HONOR CONTRA PÓLVORA

   Y por último, la peor decisión de la película. Ante la contundente y (supuestamente) imparable fuerza de la horda orca, sólo existe una forma de que los humanos salgan victoriosos. Esto es, como en la vida misma, gracias a las armas de fuego. Pero en un mundo en el que a los orcos se les trata como seres salvajes y sin honor (algo que la propia película evidencia que es completamente falso) los 'honorables' humanos utilizan las armas de fuego. ¿De verdad en un mundo de hachas, espadas, magia y fuerza bruta era necesario incluir la pólvora? A opinión del espectador queda.